lunes, 16 de septiembre de 2013

Un día (ir)racional

Una actitud responsable y precavida: repasar y comprobar en qué gastamos el dinero.

Acciones del día X:

(1) Vamos a comprar algunas cosas al supermercado Carreflús[1] (de momento, no hemos encontrado alternativa para adquirir ciertos productos). Pagamos y repasamos el ticket de compra: nos han cobrado por un producto un precio más alto del que marcaba en el estante. Protestamos y nos devuelven el dinero extra. Ya es la cuarta o la quinta vez que nos sucede en lo que va de año (y eso que venimos poco). ¿Tendremos que pensar mal del señor Carreflús ya que los errores siempre son favorables a su bolsillo?

(2) Recogemos las cartas del buzón. Ya en casa repasamos los recibos que han llegado. ¡Vaya! Han vuelto a hacer una lectura estimada del consumo de la luz, aunque apuntamos en la hoja de la escalera el consumo real (menor que el estimado). Habrá que llamar al 902 que amablemente ponen a disposición del cliente al que han cobrado más de la cuenta… En la factura siguiente, dicen, se restará lo pagado de más, pero el dinero, mientras, se lo quedan ellos. Otra factura, la del gasto en teléfono móvil: comprobamos que no nos han abonado, como nos prometieron el mes pasado, el dinero que nos corresponde por unos mensajes que nos cobraron -sí, no tenemos whatsapp- y no habíamos enviado. A llamar otra vez toca… El número es gratuito pero, eso sí, ya nos podemos ir preparando para una conversación que no va a ser fluida.

(3) Miramos por Internet el estado de nuestra cuenta bancaria. Vemos que el banco, dos días antes de lo que tocaba, nos ha cobrado una comisión de mantenimiento (que, tras exigirnos una serie de condiciones, nos dijeron que nos quitarían mientras pudieran si así lo pedíamos, pero que siempre cobrarían por defecto). Y justo el día de cobro de la comisión coincide con el día de cobro del alquiler. Todavía no han pasado el alquiler pero estará al caer. Y como teníamos en la cuenta el dinero justo para pagar el alquiler, hay que salir corriendo al banco para evitar los números rojos (¿estará todavía abierto el banco?, ¿habrán puesto un horario para pedir que te quiten las comisiones?).

(4) Viene el fontanero a casa para hacer una pequeña reparación. No nos quiere hacer un presupuesto previo porque no sabe cuál es exactamente el problema. Lo arregla y nos pasa la factura. Al repasar la factura, vemos que nos ha cobrado 1 hora entera de mano de obra cuando ha invertido exactamente 12 minutos. Le preguntamos si es legal esa práctica y dice que supone que sí, que esto va así. Intentamos informarnos por diferentes vías y obtenemos diferentes respuestas. Habrá que seguir investigando, pero el señor fontanero se ha llevado el dinero de una hora de trabajo (por cierto, si la práctica del cobro de horas enteras es legal, ¿no habría que procurarle más faena si acaba antes de tiempo?)

(5) Antes de acabar el día, nos disponemos a comer uno de los productos comprados en Carreflús. Nos damos cuenta entonces que el producto estaba caducado y en mal estado. No puede uno estar en todo…

Bien, pues, además del día X, hay demasiados días en que hay que repasar facturas, comprobar tickets, mirar la declaración de renta, supervisar el trabajo del gestor, estar atento al estado de lo que uno compra, contar el cambio en la tienda, comparar precios y calidades… ¡La intención más racional acaba siendo de locos!


[1] Nombre ficticio

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