viernes, 2 de agosto de 2013

La compra de objetos innecesarios


En este post quiero hablar de un tema al que volveré más veces: el dinero que gastamos en objetos absolutamente prescindibles. Todos podríamos mencionar multitud de ejemplos de este tipo de compras: ropa, aparatos tecnológicos, calzado, muebles, adornos, etc. No es que no haya que comprar nunca este tipo de objetos, pero comprar por seguir la moda, por tener más o por cambiar de objetos no parece muy racional. He aquí algunos de los razonamientos que me alientan a no comprar algo innecesario cuando se asoma el impulso de hacerlo:

(i) El dinero no es ni más ni menos que tiempo trabajado – esto, claro, para la gente honrada que tiene que trabajar para vivir. Y una compra no es más que una inversión de cierto tiempo de trabajo. Entonces, ¿merece la pena dar 2 horas de trabajo a cambio de una camiseta que no necesitamos? Yo tengo clara la respuesta.

(ii) Todo producto (innecesario) que vemos en la tienda ha consumido (innecesariamente) ciertos recursos materiales y energéticos para estar ahí. Ya sabemos que desperdiciar recursos en nuestro mundo finito es un problema, pero, además, al comprar algo del todo prescindible, se desperdicia también trabajo humano que no era necesario.

(iii) No podemos emplear todo nuestro tiempo en hacer lo que nos gusta; tenemos obligaciones, necesidades y compromisos que nos restan mucho tiempo libre. Ante la tentación de una compra innecesaria, la pregunta que me hago es ‘¿Realmente quiero dedicar parte de mi tiempo libre a hacer unas compras que no necesito?’ Y mi respuesta es ‘No’.

Naturalmente hay muchas más razones que pueden frustrar un impulso de compra innecesaria: la simplificación que supone gestionar menos pertenencias, la disposición de más espacio libre, el ahorro del mantenimiento de algo que no se tiene, etc. De todas maneras, suelo tener suficiente con el razonamiento expuesto en (i). Porque, además, me parece que no desperdiciar trabajo (ni propio ni ajeno) es una de las mejores formas de luchar a favor de jornadas de trabajo reducidas para todos.

Sí, algunos dirán que en esta época de crisis precisamente hay que reactivar el consumo para reactivar la economía. Pero ¿cómo puede ser que para reactivar la economía yo tenga que tirar mi tiempo de trabajo en algo que ni quiero ni necesito? Porque, no nos engañemos, si nos ciñéramos, más o menos, a comprar sólo lo necesario, no se reactivaría ningún consumo ni ninguna economía… Pero no me convence el trabajar para consumir lo que no necesito para poder seguir trabajando para consumir lo que no necesito y, así, hasta el fin de los tiempos.

Quiero aclarar que al referirme a lo necesario no quiero referirme a lo estrictamente necesario. Esto último lo sería el aire, el agua, el alimento y no mucho más. Quiero referirme a aquellos objetos o bienes que bastan para llevar una vida razonablemente satisfactoria a todos los niveles. En este sentido, entiendo como necesarios objetos o bienes destinados al ocio, como los libros, por ejemplo, u objetos de un mismo tipo en un número razonable (por ejemplo, parece razonable tener 6 camisetas diferentes, pero no 35). Es difícil precisar los límites de lo que es razonable, pero creo que todos nos podemos hacer una idea aproximada de ello.

Por último, hay una razón ulterior que constantemente me frena ante las compras compulsivas: la satisfacción maliciosa que produce el no consumir lo innecesario. Es una especie de sentimiento de fortaleza ante las embestidas estúpidas de la publicidad.

2 comentarios:

  1. Razonamientos muy racionales y por tanto minimalistas.
    El no ceder a los cebos de la publicidad consumista es muy gratificante.
    Por otro lado no creer en el chantaje de que sin consumo compulsivo paramos el motor de la economía, es una falacia.
    La nación quiere ser competitiva (es decir exportar mucho) y lo hace con bajos salarios (costes lo llaman) por lo que el consumo interno se tiene que hacer con productos “competitivos” de países con salarios esclavistas (oriente y otros) ¿Voy a mantener el consumo de low cost (que es el único al que puedo acceder con mi bajo salario)?
    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy interesante tu razonamiento, Avalón. Gracias. Para salir del círculo, hay que romper la cadena del consumo. Para empezar, no atendamos a los cantos de sirena de la publicidad y de las ofertas. Pero esto no es inmediato, hay que trabajarlo...

      Eliminar