martes, 25 de marzo de 2014

Recambios, componentes y la ley del mínimo esfuerzo

El post de hoy es para denunciar otra irracionalidad más del mercado en el que estamos: la falta de componentes o recambios. Voy a ilustrarlo con algunos ejemplos reales. Si se nos rompe el embellecedor de un interruptor de la luz, no hay manera de encontrar esa pieza para cambiarla. Tenemos que comprar todo un conjunto de piezas que no necesitamos; en este caso, toda la carcasa externa con el embellecedor junto con la parte eléctrica. Lo mismo sucede con muchas piezas de mecanismos (por ejemplo, con piezas de motores): aunque solo necesitemos una pequeña argolla de plástico, que tiene un precio irrisorio, nos hacen comprar todo el conjunto o mecanismo que la contiene, a un precio no irrisorio, porque no se vende suelta. Otras veces tenemos que aguantarnos sin el repuesto pues ni siquiera lo venden incorporado en un conjunto. La alternativa que nos dan es directamente adquirir un producto nuevo. Por ejemplo, si se nos rompe la tecla de un teclado o el botón de un mando a distancia, nos proponen comprar un teclado o un mando nuevos (¡la justificación es que el precio de estos productos no es alto!).

En otras ocasiones, no queremos un recambio para una pieza sino un componente extra, como, pongamos por caso, un cable para conectar el móvil con el ordenador. Según el modelo o la antigüedad de los dispositivos, el componente deseado no se fabrica o es prácticamente imposible de encontrar. En un caso así, me han llegado a decir que ¡me cambie el ordenador! Por este caso y otros parecidos, cuando necesitamos arreglar algo o buscar una solución a algún problema en casa, ya bromeamos diciendo que nos van a aconsejar cambiar directamente toda la cocina, o el lavabo… o el piso (pues no es precisamente un piso nuevo).

Un tema relacionado, que da para otro post, es el precio elevadísimo de algunas reparaciones; tanto, que más vale adquirir un producto nuevo. En general, es el caso de los aparatos electrónicos, que no se arreglan cuando se estropean; se cambian por otros nuevos porque, extraña y tristemente, es la opción más barata. También tiene su miga el asunto del precio de algunos consumibles como los cartuchos de tinta. Son tan caros que, con el dinero que cuestan solo dos o tres repuestos individuales, uno se puede comprar una impresora nueva con los (dos) cartuchos nuevos incorporados. Un sinsentido.


Estrenar cosas puede ser satisfactorio, pero puede serlo mucho más conservar y reparar lo que se tiene. De todas formas, más allá de cierta satisfacción personal, lo importante en este asunto es que es irracional producir y consumir innecesariamente. Si la naturaleza se rige por la ley del mínimo esfuerzo, nuestra organización económico-social no podría estar más en discordancia con la naturaleza en este aspecto. Y, lo que es peor, en discordancia con lo que dicta la razón (para una vez que la naturaleza está de parte de la razón, nosotros estamos en contra). Así nos va…

3 comentarios:

  1. Se puede hacer un post llamado: “Entendiendo el mercado” En el caso que citas de la impresora (que es extrapolable a más equipos) lo que nos vendieron no era una impresora, era un suscripción a sus productos consumibles (en este caso a la tinta). Del mismo modo un móvil no es un aparato de comunicación, es una suscripción al operador y sus consumibles sin olvidarnos de que con nuestras cotas ayudamos a mantener la infraestructura que la sociedad (la de los poderosos) necesita mantener, redes militares y de negocio.
    En definitiva el sistema imperante funciona como la planta, que para su proia supervivencia ofrece a través de la flor un incentivo, el sistema ofrece un incentivo a cambio de nuestra cuota de participación, ese incentivo no es el gran beneficio, es solo un pequeñísimo trozo.
    Un abrazo

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    1. Gracias por tu reflexión, Alberto Antonio. Efectivamente, a veces las marcas hacen el gran negocio gracias a los consumibles. Cuando se introdujo el coche eléctrico EV1 en EEUU, ciertos sectores no permitieron que triunfara, pues con su éxito, aparte de hundirse las petroleras, se eliminaba buena parte del negocio de los recambios tradicionales de los coches (piezas, filtros, aceites, etc.).

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    2. Cierto, pero ya están invirtiendo en lo mismo, y el negocio está en las baterías de litio, en la instalación de "electrolineras" y "baterineras".
      Mira en google los países productores de litio, una oportunidad de negocio del futuro.

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